A la hora de sentarse a la mesa, el budista tiene que guardar ciertas formas básicas de comportamiento, no hacer ruido al masticar, no mostrar lo que tiene en el interior de la boca, sentarse correctamente, no hacer ruidos, ni movimientos innecesarios, no molestar ni distraer con charlas a las personas con las que se está comiendo.
ISLAMISMO: Como muchas otras religiones, el Islam impone una serie de reglas dietéticas a sus seguidores: la ley dietética islámica generalmente hace una distinción entre lo que está permitido (halal) y lo que no (haram). Aunque la comida permitida por Hala se puede resumir a grandes rasgos en que no está permitido comer cerdo ni beber alcohol, el proceso para que un producto sea Halal es mucho más complejo. Para empezar el animal no puede formar parte de la lista prohibida, tiene que ser sacrificado vivo (no se acepta la carroña) en nombre de Alá por un matarife musulmán cualificado y ha de ser sacrificado con un corte limpio en el cuello con un cuchillo afilado que no se separe del animal durante el sacrificio.
Eso sí, este tipo de rituales van a tener que afrontar el reto de actualizarse ya que el pasado 13 de febrero, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dictó una sentencia que avalaba la prohibición del sacrificio de animales sin aturdimiento previo con los rituales halal y kosher, propios de las religiones musulmana y judía, en las regiones de Flandes y Valonia (Bélgica). Y esto parece simplemente la primera ficha de una tirada de cambio.
Tampoco podemos olvidar algunas de las festividades más importantes de la religión islámica como el Ramadán. Durante este periodo de un mes, los musulmanes deben ayunar desde poco antes del amanecer hasta la puesta del sol todos los días.
Cuerpo, mente y espíritu, la alimentación nos ayuda a conectar con "el de arriba" y con nosotros mismos.