Aunque suena a videojuego japonés de los noventa, el konjac no es ningún personaje con poderes especiales. Este curioso alimento, originario del sudeste asiático, ha dado el salto de la tradición oriental al furor occidental, y no es para menos, lo mismo aparece en forma de pasta ligera, que en cápsulas para perder peso o en esponjas para dejarte la piel más suave que un filtro de Instagram. En la edición de hoy nos adentramos en el mundo del Konjac.
¿QUÉ ES? El konjac es una planta ancestral, cultivada sobre todo en China, Japón y Corea, cuya raíz se transforma en harina rica en glucomanano, una fibra soluble que puede absorber hasta cien veces su peso en agua. Esta propiedad lo convierte en un alimento ultra saciante. ¿Resultado? Un “falso arroz” o “fideos mágicos” que no aportan calorías ni hidratos, pero que llenan como si te hubieras comido un plato de espaguetis XXL.
SABOR. El konjac en sí no sabe a nada, por eso suele presentarse acompañado de salsas, caldos o ingredientes más sabrosos. No tiene gluten, azúcar, grasa, ni casi calorías.
BENEFICIOS. Más allá de su papel como doble de la pasta, el konjac tiene un alto contenido en glucomanano, lo que lo convierte en un gran aliado para controlar el apetito, reducir el colesterol y mejorar el tránsito intestinal. La fibra que contiene se hincha en el estómago y forma un gel viscoso que ralentiza la digestión, prolonga la sensación de saciedad y ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) aprobó su uso para dietas de pérdida de peso, eso sí, bajo una condición importante: que se consuma acompañado de mucha agua. Y aquí viene la parte seria…
LA OTRA CARA. Como toda fibra que se precie, su capacidad de hincharse es un arma de doble filo. Si no se toma con suficiente agua, puede expandirse antes de llegar al estómago y provocar una digestión difícil. Además, no es recomendable para personas con problemas de deglución o ciertas afecciones digestivas. También puede provocar efectos secundarios como gases, molestias abdominales o incluso bajadas de azúcar si se combina con ciertos medicamentos para la diabetes, en este caso, mejor consultar a un especialista.