El 17 de junio de este año la localidad de Telde (Gran Canaria) tuvo que echar el cierre en dos de sus calas por la presencia de un tiburón. Por increíble que parezca, en nuestro país habitan más de 50 especies de tiburones, entre ellos el tiburón blanco, el más temido del mundo. Aunque solo se tiene constancia de un ejemplar de más de 100 kilos de peso en la Ría de Vigo, es importante estar informados y andar con cuidado. Este emblemático animal de la ficción -imposible no pensar en la peli de Spielberg- es también ingrediente de una gran cantidad de platos. Seguro que te viene a la mente la famosa sopa china de aleta de tiburón, de hecho tal y como afirma un interesante artículo del National Geographic "muchísima gente está comiendo carne de tiburón sin saberlo".
LA CARNE MISTERIOSA: Según esta fuente, la carne de tiburón está apareciendo en productos cotidianos. Así lo constata un estudio de 2019 que encontró marrajo en alimentos para mascotas de Estados Unidos. La mielga, otra especie de tiburón amenazada (oficialmente calificada de "vulnerable" por la UICN), se detectó en casi el 90% del pescado frito muestreado en decenas de pescaderías del Reino Unido. El tiburón también es la "carne misteriosa" de algunas pescaderías australianas. Y en Brasil, el tiburón se sirve en algunos almuerzos escolares y restaurantes, aunque no siempre está claramente etiquetado como tal.
CONSUMO: Brasil es desde hace tiempo el mayor consumidor mundial de carne de tiburón. Los datos oficiales indican que importa unas 17.000 toneladas de tiburón al año, principalmente de Taiwán, Portugal, Uruguay, China y España. El país también captura unas 5000 toneladas de tintorera, además de un volumen desconocido de especies de tiburones costeros, incluidas varias especies de tiburón martillo, que están protegidas a nivel nacional y cuya captura es ilegal en Brasil.
NEGOCIO: El negocio de la carne de tiburón también está creciendo en todo el mundo, acelerado en parte por la reducción de otros mariscos disponibles debido a la sobrepesca y al cambio climático. Antes, los pescadores que obtenían las aletas de tiburón para hacer sopa de gran valor las cortaban y luego devolvían los animales heridos o muertos al agua. Pero eso ha cambiado: el creciente número de prohibiciones del finning (corte de las aletas) en las últimas décadas ha hecho que tanto su corte como el vertido sean ilegales en más del 90% de los océanos del mundo. Ahora los pescadores deben conservar los tiburones a bordo, lo que significa que tienen carne para vender, de ahí tal vez tanta "carne misteriosa". Parece que la mayor amenaza del tiburón no está en las costas sino en los productos mal etiquetados y en las cocinas.