Llega septiembre, con el “la vuelta al cole” y el temido comedor escolar, un quebradero de cabeza para muchas familias (y también para muchos peques).
Empezaré diciendo que como en casa tu peque no va a comer en ningún sitio, si entendemos que la acción de comer implica mucho más que ingerir alimentos (y con ellos nutrientes). Comer en familia no es solo cuestión de sabores, es tradición y es cultura. Por eso si tienes la posibilidad de alimentar en casa a tus hijos/as, no lo dudes, esa es la mejor opción.
Sin embargo, hay muchas circunstancias por las que una familia puede hacer uso del comedor escolar.
Conozco la mayoría de quejas que hay sobre este servicio por parte de las familias porque durante varios años trabajé en una de las empresas que lo prestan, así que tengo la información “de dentro” y también la “de fuera”, ya que mi hijo es usuario del mismo.
Hay muchas quejas, pero las que más se repiten son sobre el sistema de línea fría y la calidad de los alimentos. Por no alargarme mucho, te diré que la línea fría no es tan mala como la pintan (puedes leer más sobre esto en esta entrada de mi blog) y que la calidad depende mucho del centro.
Sin embargo, algo en lo que no reparan muchas familias ,y para mí es primordial si hablamos de “alimentación saludable”, es el ambiente de los comedores escolares:
-Ruido: son salas enormes con muy mala acústica y llenas de peques rebosantes de energía y con ganas de hablar y jugar.
-Malas prácticas: son muchos los monitores/as de comedor que siguen utilizando la coacción, el castigo o las amenazas para que los niños/as coman lo que ellos consideran apropiado.
Esto es incómodo para la mayoría de peques y puede marcar la diferencia entre “sentir” una comida como agradable o desagradable, pero es que además hay un pequeño grupo de alumnos para los que este entorno no es que sea incómodo, es que les hace directamente imposible comer.
Así que, este septiembre, mis recomendaciones son:
-Analiza los puntos de mejora del menú de tu peque desde la perspectiva que es 1 ingesta de las 5 del día.
-Interésate por cómo se siente en el entorno del comedor.
-Muestra interés por conocer a su monitora y comenta con ella los puntos que consideres importantes.
-Si tienes un peque con necesidades especiales, asegúrate de que las comprenden y se tienen en cuenta.
Y si lees esto desde el despacho de algún cole o escuela infantil y te gustaría comentar el servicio de comedor de tu centro, estoy también a tu entera disposición.