¿Te imaginas bailar durante horas rodeado de unicornios fluorescentes, DJ’s con cabeza de alienígena y escenarios que flotan en el espacio… todo sin salir de tu salón? Pues eso es exactamente lo que está pasando: las raves ya no necesitan sótanos ni fábricas abandonadas. Ahora se celebran en el metaverso, y lo están petando más que una canción de Paul Kalkbrenner en Ibiza.
Durante la pandemia, cuando no podíamos ni salir a comprar pan sin salvoconducto, miles de personas encontraron en la realidad virtual una pista de baile abierta 24/7. Desde entonces, las metaraves han pasado de plan B pandémico a planazo principal. ¿El dress code? Lo que quieras: dragones, frutas tropicales, Pikachus enloquecidos… aquí todo vale.
Qué son las Raves Virtuales. Son fiestas electrónicas organizadas en mundos virtuales como VRChat. Ahí te pones tu avatar, entras a una sala creada por artistas digitales y bailas al ritmo de un DJ real, pinchando en directo desde su casa. Todo en tiempo real.
¿Engancha? Muchos coinciden que la sensación de estar ahí es sorprendentemente real. Puedes charlar, moverte y bailar en grupo. Hay personas que pasan horas y horas en estos mundos digitales. Algunos hablan de "liberación emocional", otros de "comunidad verdadera", y también hay quien dice que es el único sitio donde se siente realmente libre. Tanto que la línea entre realidad y ficción empieza a difuminarse.
No todo es color Neón. Hay quien ha desarrollado una adicción. No al alcohol, ni a las drogas tradicionales, sino a la experiencia en sí: la euforia, la comunidad, la evasión absoluta. Una persona incluso llegó a decir que "prefería vivir en ese mundo", y pasaba más de 12 horas seguidas bailando en VRchat.
¿El futuro de la fiesta? Más que futuro, es presente. Ya hay promotores, artistas e incluso marcas interesadas en entrar a este universo paralelo. No hay límite de aforo, ni normativas, ni vecinos que llamen a la policía. Solo necesitas conexión, visor, y muchas ganas de mover el esqueleto.