El CrossFit es un método de entrenamiento funcional de alta intensidad que mezcla ejercicios de fuerza, resistencia, cardio y gimnasia. Se basa en rutinas de
entrenamiento variadas diseñadas para mejorar la capacidad física en múltiples áreas como la potencia, la agilidad, la velocidad y la coordinación. Pero hay algo en lo que el CrossFit se diferencia aún más de otros deportes: la intensidad.
Una disciplina que lleva al cuerpo al límite
El CrossFit es una disciplina donde sus entrenamientos se caracterizan por ser muy intensos, llevando al cuerpo al límite. Justamente ese aspecto marca la diferencia en
cuanto a la nutrición que se requiere para practicar este deporte.
Generalmente, nuestro cuerpo utiliza dos sistemas de energía cuando entrenamos: uno proveniente de la grasa corporal y otro del glucógeno muscular, es decir, los hidratos de carbono almacenados en el músculo.
¿Qué sistema energético se activa según la intensidad?
La elección entre uno u otro sistema depende principalmente de la intensidad del ejercicio.
Cuando los entrenamientos se realizan por debajo del 70 % de la capacidad máxima, solemos utilizar mayoritariamente las grasas como fuente de energía. Una forma
práctica de saberlo es si, mientras hacemos ejercicio, podemos respirar con normalidad y mantener una conversación breve. Si esto ocurre, es probable que estemos entrenando por debajo del 60-70 % de nuestra intensidad máxima.
En cambio, cuando el nivel de esfuerzo es más elevado, el cuerpo recurre al sistema energético basado en los hidratos de carbono, que son capaces de suministrar energía de forma más rápida. En el caso del CrossFit, donde la intensidad suele estar siempre cercana al 90 %, la fuente principal de energía utilizada es el glucógeno muscular. Por ello la alimentación clave para el rendimiento y la recuperación.
Y es que ese detalle de la intensidad es fundamental, ya que las reservas de glucógeno muscular se agotan rápidamente, en cuestión de 2 o 3 días, si no se reponen adecuadamente mediante la alimentación. Cuando no se cubren las necesidades energéticas, el rendimiento disminuye, aumenta la fatiga y también se incrementa el riesgo de lesiones.
Por eso, para practicar CrossFit de forma eficaz y segura, es imprescindible seguir una alimentación que garantice una correcta recuperación. Es necesario aportar una cantidad suficiente de hidratos de carbono en la dieta diaria para reponer las reservas de glucógeno y permitir que el cuerpo rinda al máximo en el siguiente entrenamiento.
Además de los hidratos de carbono, también es importante asegurar una adecuada ingesta de proteínas, que contribuyen a la reparación muscular, una correcta hidratación, esencial para mantener el rendimiento y la termorregulación, y un consumo total de calorías suficiente para cubrir el gasto energético diario. Sin un equilibrio en estos aspectos, no solo se verá afectado el rendimiento, sino también la salud general y la capacidad de progresar en el entrenamiento.