ALIMENTOS CON FLÚOR: Aunque cepillarte con una pasta dental que contenga flúor dos veces al día es una de las maneras más efectivas de proteger tus dientes, tomar alimentos que lo contengan es una buena forma de fortalecer ese escudo para nuestra sonrisa. Apunta para la lista de la compra:
Té (negro, verde y blanco): El té es una de las fuentes más ricas en flúor de origen natural. Ya sea con una taza caliente en invierno o un té frío en verano, ¡estarás cuidando tus dientes mientras disfrutas!
Pescados y mariscos: Alimentos como el bacalao, las sardinas, el salmón o los camarones son excelentes fuentes de flúor. Además, son ricos en otros nutrientes como omega-3 y proteínas, beneficiosos para tu salud en general.
Frutas y verduras: Aunque su contenido de flúor es más bajo, algunas frutas como las uvas o las naranjas y verduras como las espinacas, la patata, la cebolla o la lechuga pueden aportar pequeñas cantidades. Además, estas opciones son perfectas para una dieta equilibrada y llena de vitaminas.
Cereales y productos integrales: Algunos granos y cereales integrales también contienen trazas de flúor; otra buena razón para disfrutar de una rica tostada de pan integral o un plato de avena por la mañana.
Agua fluorada: Aunque no es un "alimento" propiamente dicho, el agua potable fluorada es una de las formas más comunes de obtener flúor. En muchos países, el agua del grifo contiene flúor añadido para mejorar la salud dental de la población (las concentraciones óptimas de fluoruro en las aguas de consumo oscilan entre 0.7 a 1.2 mg/litro).
Ahora, al elaborar nuestro menú semanal, también podremos hacerlo pensando en nuestra salud bucodental. ¡Sonríe!