Grumitos, una textura que amas u odias. Hablamos del queso cottage, puede que no sea el más famoso de la tabla, ni el más fotogénico, pero está viviendo su mejor momento. Bajo en grasa y suave de sabor, este curioso lácteo ha pasado de ser “el yogur de los raros” a convertirse en el nuevo favorito de deportistas y cocinillas.
¿QUÉ ES? El queso cottage es un queso fresco, de sabor suave y ligeramente ácido, con una textura granulosa muy característica. Se diferencia de otros quesos porque no ha pasado por ningún proceso de prensado ni de maduración, lo que le da ese aspecto grumoso y una consistencia ligera.
BENEFICIOS. Detrás de su aspecto se esconde una auténtica joya nutricional. El queso cottage es especialmente apreciado por su alto contenido en proteínas de alta calidad y bajo contenido en grasa, lo que lo convierte en un gran aliado para quienes buscan ganar masa muscular. Es una buena fuente de vitaminas del grupo B, como la B12, además de calcio y fósforo, minerales esenciales para la salud ósea y metabólica. Otro punto a su favor es que resulta fácil de digerir para la mayoría de personas.
¿CÓMO SE COME? El queso cottage es tan versátil como un yogur, se adapta tanto a recetas dulces como saladas, y su sabor neutro lo convierte en el comodín perfecto. Además, no necesita cocinado, así que también es un ingrediente ideal para recetas rápidas y sencillas.
COTTAGE vs REQUESÓN. Ambos son quesos frescos y saludables, pero el cottage tiene una textura más granulada y suelta y un sabor más ácido. En cambio, el requesón es más cremoso y homogéneo, con un sabor más dulce. En la cocina también se comportan distinto. El requesón tiene una consistencia espesa que lo hace ideal para integrar perfectamente con el resto de ingredientes de una receta, como rellenos, bases o postres. En cambio, el cottage, aporta una textura más ligera y aireada, perfecta para platos fríos, mezclas rápidas o para quienes prefieren algo más fresco y suelto.