Este alimento milenario, que ha estado presente en prácticamente todas las culturas del mundo, no solo nos acompaña en desayunos, comidas y cenas, sino que también levanta debates: ¿Es bueno o malo? ¿Engorda? ¿Integral o blanco? ¿Se puede congelar? Hoy hablamos de uno de los grandes placeres de la vida, el pan.
¿QUÉ PAN ES MEJOR? No todos los panes son iguales. Aunque visualmente puedan parecer similares, lo que ocurre dentro de su masa es una historia completamente distinta. El pan blanco industrial, ese que muchas veces encontramos en supermercados o como acompañamiento en restaurantes, suele estar hecho con harinas refinadas, tiene un alto índice glucémico y, en muchos casos, contiene aditivos, estabilizantes y azúcares añadidos. Por el contrario, los panes integrales elaborados con harinas de grano completo, especialmente si son ecológicos y de fermentación lenta, ofrecen un perfil nutricional mucho más completo. El pan integral 100 % (que no es lo mismo que un pan “con harina integral”) conserva el salvado y el germen del cereal, y por tanto aporta fibra, vitaminas del grupo B, hierro y magnesio. Luego está el pan ecológico, que aparte de todos los beneficios anteriores, al proceder de cultivos sin pesticidas ni químicos de síntesis, reduce la exposición a sustancias potencialmente dañinas y mejora la biodisponibilidad de los nutrientes.
¿SE PUEDE CONGELAR? Si, congelar el pan no solo alarga su vida útil, sino que puede cambiar su estructura de forma beneficiosa. Al congelarlo y luego descongelarlo, parte del almidón del pan sufre un proceso llamado retrogradación, que lo convierte en almidón resistente. Este tipo de almidón no se digiere en el intestino delgado, sino que pasa al grueso, donde alimenta a la microbiota intestinal y favorece la producción de compuestos como el butirato, con propiedades antiinflamatorias. Eso sí, no vale cualquier pan: si congelas un pan industrial ultraprocesado, seguirá siendo un pan industrial. Lo ideal es congelarlo en porciones individuales, en una bolsa bien cerrada, y descongelarlo directamente en tostadora, horno o sartén para recuperar la textura. Nada de microondas.
PAN DE KAMUT. Elaborado con trigo khorasan, es un trigo ancestral originario del Antiguo Egipto que destaca por su alto valor nutricional y su fácil digestión. A diferencia del trigo moderno, contiene más proteínas, antioxidantes, omega-6, vitamina B, fibra, magnesio y zinc, lo que lo convierte en una opción más rica y saludable. Sin embargo, al contener gluten, no es apto para personas celíacas. Su sabor ligeramente dulce combina bien con muchos ingredientes y lo hace ideal tanto para recetas saladas como dulces.