El año pasado, por estas fechas, preparamos con mucho mimo una edición especial de Pascua. En ella se recopilan algunas de las recetas que solemos tomar en esta época, como el potaje de vigilia, la sopa de ajo, el bacalao, el hornazo, los borrachuelos, la mona de Pascua o la leche frita. Si quieres conocer más sobre estos platos, puedes hacerlo aquí.
En la edición de hoy, nos centramos en la reina de la Semana Santa: la torrija. Ese pan empapado en leche que huele a gloria y sabe a tradición.
Qué es. La torrija es uno de esos dulces humildes que se encuentra en el podio de la repostería emocional española. Pan duro, leche infusionada con canela y limón, un baño de huevo y a freír. Luego azúcar, canela… y lo que quieras incluir para darle tu toque.
Consejos. Aunque parece fácil, hacer torrijas tiene su ciencia. Aquí te dejamos algunos truquitos que harán que te salgan de 10:
- Usa pan especial: más compacto y más miga. Si no, un pan blanco consistente del día anterior funciona perfecto.
- Infusiona bien la leche: canela en rama y piel de limón. Déjala templar antes de mojar el pan.
- Empapa con cariño: no tengas prisa. Que el pan chupe bien toda la leche.
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Fríelas en aceite caliente, pero no hirviendo: que se doren sin que se achicharren.
- Rebózalas en azúcar y canela al momento: para que se queden bien impregnadas y crujientes.
¿Un extra secreto? Según la revista Lecturas, un chorrito de nata en la leche hará que las torrijas queden más cremosas.