La menopausia es una etapa natural en la vida de la mujer que marca el cese definitivo de la menstruación. Se define oficialmente tras 12 meses consecutivos sin regla y suele ocurrir alrededor de los 50 años. Este proceso se debe al agotamiento de la función ovárica y la disminución de la producción de estrógenos.
Además de los clásicos síntomas que todos conocemos como los sofocos o la sudoración nocturna, hay otros muchos de los quizá se hable menos, pero que limitan enormemente la calidad de vida de la mujer como pueden ser el insomnio, lo cambios de humor, la irritabilidad, la sequedad vaginal o el dolor en las relaciones sexuales. Además, debido a la caída hormonal aumenta la pérdida de densidad ósea y el riesgo cardiovascular.
Además de la nutrición y el ejercicio, especialmente relevante el de fuerza, que son claves para transicionar esta etapa lo mejor posible, la terapia hormonal de la menopausia (THM) es el tratamiento más efectivo para aliviar los síntomas menopáusicos. Este tratamiento logra controlar los sofocos y sudoración, mejora las molestias genitourinarias, reduce el riesgo de osteoporosis y mejora el bienestar emocional.
Sin embargo, no está indicada para todas las mujeres. Se desaconseja en casos de cáncer de mama o endometrio, enfermedades tromboembólicas o hepáticas graves, por ejemplo.
La THM puede administrarse en distintas formas según las preferencias de la paciente o sus antecedentes: oral, vaginal, geles, parches etc. Respecto a los famosos pellets, implantes subcutáneos que liberan hormonas, habitualmente testosterona, hay que saber que no gozan de respaldo científico por las principales sociedades científicas, debido a la falta de evidencia suficiente sobre su seguridad y eficacia, así como la dificultad existente para su retirada en caso de sobredosificación hormonal.
En cualquier caso, resulta fundamental hacer una evaluación personalizada de cada paciente y en caso de que se decida optar por THM, iniciarla en la primera década del inicio de la menopausia y antes de los 60 años de edad para minimizar posibles riesgos.