UNA LARGA VIDA: El ser humano siempre ha deseado saber el secreto para vivir más y mejor, detestamos la idea de envejecer y perder nuestra vitalidad. Queremos estar aquí, en el mundo, y hacerlo en las mejores condiciones el máximo tiempo posible.
APRENDER A VIVIR: Todos los años los estadounidenses se gastan miles de millones de dólares en dietas, suscripciones a gimnasios y suplementos. Sin embargo, los últimos datos vislumbran que la esperanza de vida en el país ha descendido. La pregunta es siempre la misma, ¿cuántos años durará nuestro cuerpo? ¿podemos hacer algo al respecto? Según el escritor e investigador Dan Buettner “lo que mucha gente cree que conduce a una vida larga y saludable no es del todo cierto o es directamente falso”.
LAS ZONAS AZULES: Según Buettner, la mayor influencia no genética sobre nuestra salud es el lugar donde vivimos. Precisamente este afán por descubrir qué similitudes o modos de vida se daban en los lugares más longevos del mundo lo llevó a viajar e investigar que tienen de especiales estos lugares a los que ha bautizado como “Zonas azules”. En la docuserie de Netflix “Vivir cien años. El secreto de las zonas azules” se zambulle en las experiencias de vida que ofrecen Okinawa (Japón), Cerdeña (Italia), Ikaria (Grecia), Loma Linda (California, EEUU) y Nicoya (Costa Rica).
OKINAWA: La primera parada de su viaje es la isla japonesa de Okinawa En este lugar, en un archipiélago del sur del territorio nipón, los adultos mayores no sólo disfrutan de la mayor esperanza de vida del planeta, sino que la gran mayoría de los que llegan a vivir cien años lo hacen con un estado salud excelente.
Los habitantes de esta región tienen un índice de diabetes muy bajo, un índice de enfermedades cardiacas cinco veces menor a la media de otros países y muy poca demencia. ¿Las claves?
ALIMENTOS MEDICINALES: Aunque consumen grandes cantidades de boniato morado, tofu o algas, lo cierto es que no hay un ingrediente o componente responsable de la longevidad de Okinawa, todos los que conforman su dieta tienen grandes propiedades medicinales y son especialmente beneficiosos para la salud.
BAJA DENSIDAD CALÓRICA: Tienen una dieta hipocalórica, es decir ingieren pocas cantidades de calorías al día. Además, los alimentos que consumen son de gran densidad nutricional.
HARA HACHI BU: Lo dicen antes de cada comida y significa '8 de 10'. Cuando el estómago está lleno al ochenta por ciento es el momento de dejar de comer. El resultado: conseguir estar saciado sin estar lleno.
EQUILIBRIO: Los okinawenses se sientan en el suelo, esto les proporciona una mayor fuerza y mejor equilibrio en la parte inferior del cuerpo y, en consecuencia, evitan caídas. Además, la gran mayoría cuida diariamente de su jardín, lo que les proporciona horas de ejercicio físico suave. Un tatami y un jardín, ahí está la clave.
MOAI: Los moai son círculos sociales de personas comprometidas que ponen en común su dinero y se ayudan en tiempos difíciles. Aunque de entrada, un moai es un apaño económico, los beneficios van más allá del dinero. Según algunos estudios la soledad puede restarnos hasta 15 años de vida. En Okinawa consiguen esos años haciendo amigos, comprometiéndose con ellos y pasando tiempo juntos todos los días.
IKIGAI: Este es el principal factor de la salud espiritual de los centenarios, se trata de tener una especie de misión, un objetivo; el ikigai.
Quizás la moraleja más importante de las zonas azules es que sus habitantes viven más tiempo sin intentarlo. No se trata de evitar la muerte, se trata de aprender a vivir.