La soja está considerada como una de las mejores fuentes de proteínas de origen vegetal. Se trata de una proteína completa, lo que significa que contiene los nueve aminoácidos esenciales para el organismo, algo que solo sucede en la soja y en la proteína de origen animal.
IMPARABLE: Pasta de soja, edamame, leche de soja… esta legumbre se ha convertido en un alimento prácticamente imprescindible para vegetarianos, veganos o flexitarianos. Para que nos hagamos una idea, solo entre 2019 y 2021 el número de consumidores aumentó un 34%, llegando hasta los 4,2 millones de personas en nuestro país. Da la sensación de que el ritmo es imparable.
EN EL PUNTO DE MIRA: La soja es uno de los alimentos más estudiados por científicos, médicos y nutricionistas desde hace décadas. Pero a medida que avanzan las investigaciones también van cayendo algunos mitos acerca de sus beneficios y perjuicios, la mayor parte relacionados con uno de los componentes de la soja, las isoflavonas, similares a los estrógenos.
MITOS: En los primeros estudios científicos, estas isoflavonas se relacionaban con el crecimiento de células cancerígenas, se creía que afectaban a la fertilidad femenina e interferían en la función de las tiroides. Estudios recientes han demostrado que no representa un riesgo aunque sí que interfiere en la absorción de los medicamentos que combaten las tiroides.
SOJA O SPI: Entre sus múltiples sucedáneos, la proteína aislada de la soja, también conocidas como SPI, es la que ha ganado más adeptos en los últimos tiempos. Esta proteína es la materia prima con la que se elaboran los productos que imitan la carne, las barritas, yogures y polvos de proteínas.
Lo cierto es que si deseamos optar por una alternativa vegetal saludable, los nutricionistas nos recomiendan tomar la soja lo menos procesada posible, si no queremos que este 'boom vegetal' dinamite nuestro organismo, quizás sea lo más sensato.