Cuenta Michael Wolff en su libro Fuego y Furia: En las Entrañas de la Casa Blanca de Trump, en el que analiza al multimillonario en su paso por la presidencia, que cuando éste llegó al cargo destruyó el huerto que Michelle Obama había creado para promover un estilo de vida saludable a través de la alimentación. Una auténtica declaración de intenciones y un alarde de cómo el republicano pasa de la comida saludable y defiende a capa y espada la supremacía de la comida rápida. De hecho, según Annie Karni, periodista corresponsal en la Casa Blanca, el presidente pidió a la cocina de la Casa Blanca que recreara la comida de McDonald’s; aunque finalmente se desveló que ésta no "pudo igualar la satisfacción de la original".
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